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Texto: Cita
de Paul Auster
Tamaño: 15 X 10,5 cm.
Páginas: 32
Imágenes: 12
Impresión: cuatricromía + barniz
Idioma: español
Precio: 15 Euros
ISBN: 84-89356-28-9
Fecha de edición: 2000
Situación: disponible
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[...] Hicieron el amor en el sofá y luego hicieron
el amor en la cama de Lillian, e incluso después de que se le pasara
el efecto del alcohol, ella siguió mostrándose tan ardiente como lo
había estado en los primeros momentos, ofreciéndose a él con un abandono
y una concentración que anulaban cualquier resto de duda que él pudiera
tener. Le arrastró, le vació, le destrozó. Y lo más notable fue que
por la mañana temprano, cuando se despertaron y se encontraron en
la cama, la emprendieron de nuevo, y esta vez, con la pálida luz extendiéndose
por los rincones de la pequeña habitación, ella le dijo que le quería,
y Sachs, que en ese momento la miraba a los ojos, no vio nada en ellos
que le impidiera creerla.
Era imposible saber qué había sucedido, y él nunca encontró el valor
necesario para preguntarlo. [...]
Era demasiado bueno para ser cierto, tal vez, pero entonces él ya
no era capaz de distinguir qué era bueno y qué era cierto. En realidad,
ya no era capaz de pensar en nada.
No hay forma de saber cuánto tiempo podría haber durado aquello. Si
hubiesen estado los dos solos, tal vez habrían conseguido hacer algo
con aquella explosión sexual, aquella historia de amor disparatada
y absolutamente increíble. A pesar de sus ¡aplicaciones demoníacas,
es posible que Sachs y Lillian hubiesen podido instalarse en alguna
parte y tener una vida real juntos. Pero tropezaron con otras realidades,
y menos de dos semanas después, de que empezase esta nueva vida, ya
estaba siendo cuestionada. Se habían enamorado, quizá, pero también
habían alterado el equilibrio de la casa.
Paul Auster de "Leviatán"
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"lo mínimo". Los 20 títulos
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